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Síndrome de colon irritable, ¿puede afectarte a ti y a tu próstata?


Es conocido como un trastorno frecuente que afecta directamente al intestino grueso y engloban a un grupo de trastornos funcionales digestivos. Muchas personas que lo padecen lo definen como “presencia de dolor abdominal recidivante, acompañado de síntomas como diarrea, estreñimiento. Se presenta hinchazón”.


¿Cuáles son sus causas?


A día de hoy no se conoce ningún mecanismo que llegue a explicar por qué los pacientes sufren estos síntomas de forma crónica y, desde un punto de vista general, lo más aceptado es que existen alteraciones de la motilidad y de la sensibilidad digestiva.  Aunque los cambios en la motilidad intestinal que se producen en el síndrome del intestino irritable parecen relacionados con contracciones intestinales anómalas, no todas las personas que padecen este trastorno tienen dichas contracciones, y en muchas de las personas que sí las tienen, las contracciones anómalas no siempre coinciden con síntomas. En algunas personas, los síntomas comienzan después de un episodio de gastroenteritis.


Síntomas que debes tomar en cuenta

Si bien los signos y síntomas del síndrome de colon irritable varían, suelen persistir por un período prolongado. Los más comunes incluyen los siguientes:

  • Dolor, cólicos o hinchazón en el abdomen relacionados con la evacuación intestinal

  • Cambios en el aspecto de las deposiciones

  • Cambios en la frecuencia con la que se evacúan los intestinos


Otros síntomas que suelen estar relacionados incluyen hinchazón, aumento de gases o mucosidad en las heces.

 

¿Cuándo debes consultar al médico?


Para diagnosticar este síndrome, los médicos revisan sus síntomas y sus antecedentes médicos y familiares y hacen un examen físico. Su doctor buscará cierto patrón en sus síntomas. En algunos casos, los médicos pueden ordenar pruebas para descartar otros problemas de salud.


Sin embargo, te recomendamos consultar si comienzas a notar un cambio persistente en los hábitos intestinales o cambios graves como:

  • Pérdida de peso

  • Diarrea nocturna

  • Sangrado rectal

  • Anemia por deficiencia de hierro

  • Vómitos inexplicables

  • Dificultad para tragar

  • Dolor persistente que no se alivia al expulsar gases o al defecar

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